Os proponíamos estos días en nuestra página de Facebook una pequeña prueba de arqueología experimental: ¿qué veis en la pintura que ilustra el fondo de nuestra página? Le habéis dado a la imaginación ¡muy bien! Desde una raspa de pescado a un helecho. Lo cierto es que darse una interpretación concreta es difícil, tanto como cuando observamos una pintura abstracta en un museo y nunca imaginamos en qué estaba pensando el autor. Aun así, os damos aquí una explicación sobre la pintura, dónde se encuentra y qué podría ser.

La pintura se corresponde con uno de los motivos localizados en el abrigo nº 12 del complejo Peñas de Cabrera que se ubican en el término municipal de Casabermeja. (Málaga) Este enclave se compone de una serie de abrigos que contienen manifestaciones rupestres (pinturas y grabados) que se realizaron durante el Neolítico final y Bronce Reciente.
Según los estudios realizados de los abrigos existe una relación de las manifestaciones y el lugar donde se sitúan con algunos accidente geográficos y fenómenos astronómicos, sin embargo se piensa que este lugar no solo tenía una motivación simbólica y de culto, sino que también era escenario de actividades cotidianas, ya que las investigaciones han demostrado que existían talleres de sílex y actividades relacionadas con la agricultura. La pintura en concreto se sitúa a la derecha de un frente rocoso que forma un gran abrigo muy abierto. Su buen estado de conservación se explica porque esta pintura y las que la acompañan fueron repintadas varias veces , lo que nos indica un uso prologando en el tiempo del lugar. La denominación técnica de la pintura es un llamado “ramiforme”, que se sitúa en el centro de la composición formada por un motivo antropomorfo (Cruciforme) que aparece portando un objeto en sus manos. 
Cuando mostramos esta pintura, la gran mayoría de las personas nos dicen “es un ciempiés” y la verdad es que es a lo que más se asemeja a primera vista, sin embargo, el problema de la pintura rupestre, es que definir una interpretación es demasiado aventurado ya que no conocemos de primera mano la motivación de estos hombres a la hora de plasmar su arte sobre las paredes, si bien lo único que podríamos comentar es que el antropomorfo que acompaña a la pintura, porta una herramienta que bien podría ser un hacha o una herramienta de labor. Esta pintura es una de las más emblemáticas, a la vez que enigmática, de Peñas de Cabrera.