Sobre el Hombre de Neandertal se han dicho y escrito muchas cosas, y casi todas ellas coinciden en afirmar que era más tosco y torpe que el Hombre de Cromañón (nuestra especie). Hoy sabemos que no es así. Los neandertales cuidaban de sus mayores y demás miembros débiles de la comunidad, practicaban enterramientos, cocinaban su comida y disfrutaban de la música. Ahora también sabemos que conocían bien su entorno y aprovechaban las propiedades medicinales de plantas como la Alquilea y la Camomila, que han sido encontradas en el sarro de los dientes de neandertales hallados en la cueva asturiana de El Sidrón. La Alquilea tiene propiedades cicatrizantes, antimicrobianas, es útil ante desórdenes gástricos, etc. La Camomila es digestiva y sedante. Estas plantas se caracterizan por tener un sabor amargo y desagradable, y además carecen de valor nutritivo, por lo cual puede deducirse que su presencia en la dieta neandertal obedece exclusivamente a un uso medicinal. Quizás no tenían escritura, pero la comunicación intergeneracional cumplió con las funciones de transmisión de conocimientos sobre su entorno, algo de lo que hoy día carecemos.
Volviendo a los restos de Camomila y Alquilea, ambas son plantas encontradas en el sarro de los dientes de este homínido. En el caso de no tener restos de la mandíbula del mismo, y si queremos saber qué plantas rodeaban al Neandertal allá en el Paleolítico (Medio), pasamos a estudiar los registros polínicos. Los registros polínicos guardan la memoria de la vegetación o flora que había en un período determinado dentro de la zona estudiada. Gracias a la facilidad del polen para fosilizar y a su estructura específica, podemos identificar las familias, géneros, y a veces especies que quedaron atrapadas en diversas estructuras (oquedades de la roca, por ejemplo) en sus formas polínicas. Los sacos polínicos fosilizados nos traen al día de hoy una biblioteca a descifrar por los científicos (botánicos); una información sobre el ambiente florístico que rodeaba a los neandertales, a los heidelbergensis…
De la relación que mantienen los homínidos y, sobre todo, el hombre de Cromañón, con su medio, tendremos un medio ambiente más o menos saneado del cuál poder extraer recursos. El uso de la naturaleza en dosis tolerantes para la misma nos permite vivir en equilibrio con ella, sin dañarla, consiguiendo parámetros de sostenibilidad que permitan a nuestra descendencia y a nuestros vecinos en el mundo obtener también sus recursos de la misma. Quizás acercándonos al modo de vida en la Prehistoria lo haremos también a la sostenibilidad. Así lo haremos poco a poco.